viernes, 11 de enero de 2013

CULANTRILLO


El Culantrillo, es una de las plantas que más me gustan, por su elegancia, sencillez, no me canso de observar su belleza....
Esta variedad ha llegado a nuestros hogares directamente de América del Sur. Se trata de una planta tropical con un follaje muy tupido y denso, que se empezará a empobrecerse y secarse si no le proporcionamos los cuidados necesarios, ya que se trata de una especie muy sensible.

Su sola presencia evoca la umbría de los aljibes y grutas, en cuyas paredes húmedas suele crecer espontáneamente, o el rumor de agua de los manantiales y cascadas, cuyas orillas empapadas le aseguran su hábitat ideal.

El pequeño culantrillo, nombre común de varias especies de helechos, ofrece un aspecto tierno y delicado y, sin embargo, es un gran resistente gracias a su poderoso rizoma, capaz de rebrotar una y otra vez cuando las condiciones vuelven a ser propicias.
CULANTRILLO
 Follaje: los cuantrillos son matas pequeñas, de unos 15 a 40 centímetros de altura, formadas por una multitud de frondes (las hojas de los helechos) con largos y finos pecíolos negros que se ramifican hasta alcanzar el espesor de un pelo.
Cultivo: los culantrillos tienen dos exigencias principales: un sustrato rico y siempre húmedo, lo cual no quiere decir encharcado; y una temperatura constante, en torno a los 20-24º. Deben situarse en un lugar luminoso pero fuera del alcance de los rayos del sol. Se plantan en primavera u otoño, y se trasplantan en primavera, momento que se puede aprovechar para multiplicar los ejemplares dividiendo las matas.
Cuidados: necesitan una atmósfera húmeda, lo que habrá que procurarles mediante pulverizaciones; en invierno es suficiente con mantenerlos alejados de la calefacción. Conviene regarlos, sumergiendo el tiesto en un cubo con agua, preferiblemente tibia. Desde finales de febrero a finales de agosto agradecerán la aportación de abono para plantas verdes en el agua de riego cada 15 días.
 




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